Acrílico

El moldeado se realiza directamente sobre la uña natural, por eso también se las llama uñas esculpidas.

 

Para conseguir alargar la uña se utilizan unos moldes que ayudan a que la mezcla se aposente. Una vez que se ha endurecido, se liman las uñas para darles un aspecto natural.

 

Para comenzar, empujamos las cutículas. Para que el producto adhiera mejor a la base de la uña, limamos con cuidado. También se lima el extremo de forma redondeada. Lo ideal es dejarlas más bien cortitas, para que la uña acrílica quede mejor.

 

Después, pasamos el cepillo para retirar los restos que hayan podido quedar del limado. Para terminar, limpiamos las uñas con un producto limpiador especial para desengrasarlas. Este paso es muy importante, ya que así conseguimos dejar la uña libre de productos, de esmaltes, suciedad y de la propia grasa natural de la uña. Si no se hace bien, podrían quedar burbujas debajo y provocar que el acrílico no adhiera bien, reduciendo la duración de la manicura.

 

Una vez que las uñas están preparadas, comenzamos con el proceso de esculpido de las uñas acrílicas.

 

Se puede hacer una reconstrucción de uña con la largura natural (para aquellas personas que se las muerden o se le ha roto alguna) o un alargamiento. En el caso de que se quieran alargar las uñas, colocamos unos moldes sobre los que se construirán.

 

Mezclamos el líquido acrílico (o monómero) con el polímero en polvo y lo moldeamos encima de la uña natural. Una vez que la mezcla se ha endurecido, limamos las uñas acrílicas para dar la forma deseada.

 

El paso final es el esmaltado permanente para dar el toque de color a la manicura acrílica