El paso del tiempo nos afecta a todos y buena muestra de ello es la aparición de pequeñas imperfecciones como el acné, brillos, poros dilatados, arrugas, tono apagado o incluso manchas. Si le sumamos también los efectos de la adolescencia, el embarazo o la menopausia, vemos que la piel pone de manifiesto su tendencia a perder la capacidad de renovación celular que antes tenía. ¿Se puede hacer algo? ¡Pues claro que sí! Lo primero y lo más importante es hacerte un peeling químico. Con él conseguirás optimizar cualquier tratamiento estético ya que permitirá una mejor penetración de los principios activos. El peeling químico acelera el proceso de descamación natural de la piel arrastrando células muertas e impurezas, oxigenando los tejidos y reactivando los mecanismos de regeneración y renovación celular. Después del peeling se incrementará el grosor de la epidermis, dejando un aspecto más joven y lozano además de aumentar la elasticidad y luminosidad. Es importante que sepas que sólo lo puede aplicar un especialista en dermocosmética, que es la persona que determinará el peeling más adecuado en función de las características de tu piel.